Queremos mostrarte nuestro sueño, nuestras necesidades y nuestras razones para que te sumes desde el lugar que puedas y seas parte de la lucha contra uno de los flagelos más grandes del mundo.
El acrecentamiento de la emergencia alimentaria, y la lucha contra el desperdicio de alimentos aptos para el consumo humano presenta un desafío para Banco de Alimentos Mendoza. Tenemos la obligación de profundizar el desarrollo de acciones para contribuir a la eliminación de la pobreza, brindar educación y protección de las personas mas vulnerables de la comunidad.
Debemos hacer más eficiente nuestra operación en un espacio acorde y permanente que se convierta en un lugar de encuentro que reúna a todos los sectores de la sociedad que trabajan y se interesan en ser parte de la lucha contra el hambre. Donantes de alimentos que priorizan la responsabilidad del impacto de su accionar, voluntarios que deciden invertir su tiempo en la necesidad de otros, aportantes que ayudan a sostener nuestra operatividad y todas aquellas organizaciones sociales que lejos de disminuir su actividad, se encuentran día a día más exigidas.
Actualmente desarrollamos nuestra tarea en una capacidad operativa de 400 mt2 . Esta estructura soportó la gestión de recepción, clasificación y entrega de casi 900.000 kg de alimentos en el 2021.
El espacio proyectado busca ampliar la gestión de trabajo del Banco y desarrollarla en una superficie de 994 mt2 permitiendo aumentar y optimizar los espacios de almacenamiento.
El depósito no sólo es el lugar físico de los alimentos sino que es el espacio que almacena todos los valores que sostienen aquellas industrias alimenticias y cadenas de supermercados que eligen no desperdiciar alimentos cuando se encuentran desarrollando su actividad en un país cuyas estadísticas de pobreza son tan alarmantes como inmorales.
Es necesario contar con un espacio más grande para la actividad de clasificación ya que actualmente, el lugar que ocupamos, limita la cantidad de voluntarios que podemos recibir.
El nuevo espacio permite delimitar de manera permanente el área de clasificación. Los voluntarios pueden desarrollar en condiciones adecuadas la inspección y clasificación de los alimentos que recibimos donados. Un lugar en el que se controlan fechas de vencimiento, categoría de productos y estado de su envase primario y secundario.
La sala de reuniones es un espacio necesario para que podamos continuar y mejorar nuestras relaciones internas e institucionales.
Por este lugar transitan donantes de alimentos que se encuentran a punto de decidir sumarse a nuestra causa queriendo saber como gestionamos sus productos, empresas responsables, representantes de distintos gobiernos y estamentos estatales, nuevos voluntarios que se acercan a consultar sobre la actividad, referentes de organizaciones sociales que desean sumarse y aquellos que ya son, hace muchos años, parte de nuestro sistema de trabajo.
Aquí se habla de hambre, de posibilidades, de proyectos, por aquí se desarrollan alianzas y acciones.
Una sala de reunión que permite el encuentro y la articulación, trabajo en equipo y desarrollo.
El salón de usos múltiples permite generar un espacio de vinculación y desarrollo con la comunidad.
En cuanto a nuestros talleres de capacitación, actualmente los desarrollamos en las sedes de las organizaciones sociales, limitando su alcance. Contar con un espacio propio nos permite aumentar el impacto del programa de educación, “Saberes que Alimentan”, que sostenemos desde el 2007 y que tiene por objetivo promover el desarrollo humano y social de las comunidades con las cuales trabajamos.
Además de disponer de un espacio propio para la educación, queremos trascender y desarrollar un lugar de encuentro entre distintos sectores en el que seamos partícipes de ideas y proyectos orientados a continuar buscando soluciones ante el flagelo del hambre.
